Una concentración de gomina, colonia, polos con el cocodrilo y mucha pulserita con la bandera de España.
Todos deseosos de comer ostras con cava, jamón iberico (a 150 euros el kilo) y fruta previamente cortada y pelada (no vaya ser demasiado trabajo). Eso sí al mas puro estilo de la clase proletaria: de pie o sentados en el suelo, apretados entre la multitud, y la comida en cartuchos de cartón.
El perroflautismo pijotizado.